Debrayes: Planteando Interrogantes

“…
– ¿Habrá alguien que haya escuchado con placer las Estructuras I de Boulez?
– ¿Habrá alguien que haya escuchado las Estructuras I de Boulez?
– Boulez, ¿habrá escuchado con placer sus Estructuras I?
– ¿Es el placer un componente necesario de la escucha?
– ¿Es necesario escuchar las Estructuras I de Boulez?”

Fragmento del texto “Del Recato y Otros Pudores” de Gerardo Gandini

Más allá de si es necesario escuchar las Estructuras I de Pierre Boulez o no, me gustaría hacer incapié en la cuarta de esa serie de preguntas. Es que pasan los años y sigue siendo un interrogante que da vueltas en el inconsciente (todavía) romántico de la sociedad. Incluso puede generar más preguntas, como las siguientes:

 

  • ¿Una obra es buena sólo cuando nos hace sentir algo “positivo”?
  • ¿Una canción que no resulta placentera de escuchar es inherentemente mala?
  • ¿La música tiene como objetivo entretener al oyente?
  • ¿Las piezas complejas resultan carentes de “sentimiento”?
  • ¿Cómo se identifica el “sentimiento” en la música?
  • ¿Es necesaria la repetición melódica para capturar la atención del oyente?
  • ¿Hay otros recursos musicales aparte de la melodía?
  • ¿Puede un sonido generar emociones semejantes a la de una composición para el escucha?
  • ¿Se puede dividir a los sonidos en musicales y no musicales, o todos tienen el mismo potencial?
  • Lo “nuevo” en el ámbito musical, ¿es algo que no conocemos o algo que creemos que no han implementado?
  • ¿La escucha es pasiva, o puede ser activa?
  • Si es activa, ¿no dificulta la comprensión de los sentimientos puestos en una partitura?
  • Si una pieza no es agradable de oír, ¿merece llamarse música?
  • ¿La belleza es un factor indispensable en una obra musical?
  • ¿Qué es la belleza?
  • ¿Qué es la música?

 

Sobre las respuestas… Cada uno sabrá. Me parece que lo importante en los tiempos que corren es parar por un segundo y cuestionar.

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